John Brinkley fue un médico estadounidense del siglo XX que se hizo famoso por sus controvertidos tratamientos médicos. Uno de sus tratamientos más famosos fue la implantación de testículos de cabra en seres humanos como supuesta cura para el cáncer y otras enfermedades.
Brinkley afirmaba que la causa de muchas enfermedades era la falta de testosterona en el cuerpo, y que la implantación de testículos de cabra en seres humanos podía solucionar este problema. A pesar de que su tratamiento carecía de base científica y era peligroso para la salud, Brinkley llegó a realizar miles de procedimientos de este tipo.
La implantación de testículos de cabra de Brinkley fue criticada por la comunidad médica y finalmente fue prohibida en los Estados Unidos. Sin embargo, Brinkley continuó realizando procedimientos médicos poco éticos y peligrosos hasta que finalmente fue juzgado y condenado por fraude en 1941.
El caso de John Brinkley es un ejemplo de cómo la falta de regulación y la falta de ética en la práctica médica pueden tener consecuencias graves para la salud de las personas. Actualmente, la medicina se basa en la evidencia científica y en el respeto por la integridad y la seguridad de los pacientes.